
Aquel que no mire más allá de su propia mente
se verá pronto reducido a la más miserable de
todas las limitaciones, es decir, a sus propias obras.
SALVADOR DALÍ.
se verá pronto reducido a la más miserable de
todas las limitaciones, es decir, a sus propias obras.
SALVADOR DALÍ.
LA GUERRA DE ASPERGUER*
Por Juan Pablo Matarredona
Somos bélicos por naturaleza. Pareciese como si no pudiésemos vivir sin encontrar un rival en todo aquel que se planta en nuestro camino. Ni tú ni yo ni Jorge somos la excepción.
Cuando él era apenas un infante, con sólo cuatro años en su haber, se vio amenazado; descubrió que su madre aumentaba de peso. La verdad es que al principio no supo interpretar el cambio físico que experimentaba su progenitora, pero de poco en poco las pistas se presentaron ante sus ojos y su casi nula capacidad de raciocinio alcanzó a interpretar esta metamorfosis: quien lo había dado a luz estaba en espera de un nuevo ser.
¡Oh, Dios! ¿Sería este el prematuro fin de una feliz infancia? Funestos sentimientos lo atormentaron, pero en realidad no sabía muy bien a lo que se enfrentaba. Jorge pasó por una etapa de ecuanimidad, de calma, pretendió convencerse de que su nuevo hermano en nada cambiaría los privilegios que gozaba desde cuatro años atrás, pensó que nadie le daría importancia.
Cuando todo parecía resuelto para nuestro pequeño amigo, el problema llegó a su máxima intensidad: la nueva cría respiró y lloró por primera vez. La novedad acaparó la atención de todos. Jorge se vio desplazado. Desde ese momento no sería tratado de la misma manera, no sería el alma de la felicidad, sólo representaría una pequeña parte de ella.
Qué difícil nos resulta compartir nuestros privilegios con los demás, preferimos la guerra; Jorge optó por la guerra. Lo curioso es que es una guerra en el interior, nos vemos ensimismados y es en el terreno personal donde damos lugar a todas las batallas. ¿Para qué buscar nuevos campos, para qué dar oportunidad a los nuevos contendientes?
Fernando era el nombre del nuevo ser humano que, sin saberlo ni desearlo, se convirtió en el principal adversario. ¡Qué tristeza! A pesar de lo cariñoso que era con su hermano fue orillado al mismo campo de batalla donde se encuentra el primogénito, fue orillado a sus propios pensamientos. De igual manera nos enclaustramos unos y otros.
El temor es el principal factor de nuestras limitantes. Jorge se decidió por el autismo en lo familiar y de esa manera obligó a Fernando a vivir sólo para sí mismo, sus buenas intenciones nunca fueron bienvenidas.
Tú y yo somos enemigos de la interacción, somos enemigos de nosotros mismos. Hemos optado por el autismo social y profesional. Me pregunto si algún día podremos vernos a los ojos y sonreír.
¿Seremos capaces de cruzar el umbral para darnos oportunidad de compartir? Mientras no tengamos el valor de hacerlo nos seguiremos viendo en el campo de batalla. En ese campo donde sólo me encuentro conmigo y donde tú únicamente peleas con tus pensamientos. Abre los ojos, mírame, que ya te he visto.
* Existe un desorden neurobiológico denominado Síndrome Asperger que provoca comportamientos cercanos al autismo y serias deficiencias en la interacción social.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario