miércoles, diciembre 07, 2005

Shock 18 de noviembre de 2005, El Noreste


Creo que nunca he rechazado a nadie, de veras.
La gente se me ha ido quedando atrás, eso es todo.
JULIO CORTÁZAR, Último Round.

DE TI PARA MÍ.

Querido Juan Pablo:

Sé que hoy pensaste en mí. Estoy segura de ello porque también me acordé de ti. Hace tiempo no me entero de tu vida porque no quiero enfrentar la realidad; por favor perdóname.

La verdad es que las cosas no terminaron como debía ser, pero creo que no tuve otra opción o, mejor dicho, no quise verla. Muchas veces he pensado en reivindicarme y arreglar lo nuestro, pero no me atrevo.

Hoy tengo miedo de abrir los ojos, de caer en cuenta de que nada ha cambiado, que sigo siendo la misma persona. No es la primera vez que temo, pero sí la primera ocasión que me atemoriza mi condición.

Recuerdo aquella vez en que te dije que te acompañaría a cualquier lugar, que estábamos juntos en todo y por siempre, pero creo que fueron palabras sin meditar. Ahora me doy cuenta de la seriedad de tus objetivos, ahora veo que fui yo quien te engañó.

Trato de ponerme en tu lugar, pero no lo consigo. No puedo concebir cómo decidiste comprometerte a tanto con alguien como yo, con alguien que le huye al futuro. La verdad es que no pensé lo que te decía, siempre creí que tu entusiasmo era tan débil como el mío, tan efímero y pasajero que serías el primero en dejarlo todo a un lado para cambiar el rumbo y olvidarte de los demás. Hoy veo que no, que fui yo quien decidió disminuir la marcha… Fui yo quien nos abandonó.

Sigo tendida en la cama. Mis párpados continúan en posición de reposo. ¿Para qué permitir que la luz penetre por mis ojos? Sé perfectamente lo que voy a encontrar. Frente a mí estará la misma ventana que me permite la visión de un mundo que no comprendo, de un mundo que ya me es ajeno. A mi derecha, la misma mesita de noche con la misma lámpara que cede ante mi petición de darme luz cuando lo requiero. Si miro más allá de ese mueble, sé que puedo ver la pintura de Dalí que siempre te ha cautivado.

Y si volteo a mi derecha sé que seguirás recostado ahí, descansando mientras continúas tu vida; deseando que algún día de estos apriete el paso para alcanzarte en ese largo recorrer que prometimos hacer juntos. Sé que seguirás teniendo fe.

Por favor espera, que ya abro los ojos. ¡Prometo correr hasta alcanzarte! Estoy segura de que seguirás confiando en mí.

Te quiere.
Tu rezagada.

No hay comentarios.: